Como
explicarlo, esa sensación que te entra cuando crees que se te cae el
mundo encima. Cuando eres demasiado fuerte como para llorar pero muy
débil como para que no te afecte. Cuando el corazón te va a mil y
la voz te tiembla, pero los ojos siguen fríos, incapaces de soltar
una lagrima, reflejando el dolor que esa risa que te entra intenta
contradecir.
Pero
aunque no puedas admitirlo, lo que necesitas es un abrazo, que
acompañado de una sonrisa te digan que no te preocupes, que no pasa
nada. Porque a veces sólo necesitas el calor de esa persona, sólo
necesitas sentirte protegida, relajada, poder respirar segura.
Pero
se que eso no lo voy a tener, y menos de ti. Por eso estoy aquí,
muerta de frío, con el móvil en la oreja y riendo por no llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario