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domingo, 17 de agosto de 2014

Grow up

Parece mentira como unas simples palabras pueden cambiar tantas cosas dependiendo de la situación y del momento en el que se digan repercuten de una manera u otra. Hay que saber valorar a esa persona que ha estado ahí siempre, en los días malos y en los días buenos y que seguirá ahí  pase lo que pase. A veces vienen rachas oscuras donde una misma no ve la salida, piensas que esa persona por muy inseparable que haya sido de ti ahora va a ir desapareciendo, se irá difuminando y no podras hacer nada. Sigues y sigues intentando cosas que hagan cambiar la situación y lo fuerzas a cambiar a mejorar, no funciona y se te van acabando las ideas y con ellas la esperanza. Llegas a un estado de neutralidad y sosiego después del dolor anterior, no eres feliz del todo pero vas siguiendo tu día a día como puedes pero sin perder del todo de vista a esa persona. El tiempo va pasando a veces rápido y a veces lento y cualquier día carece importancia. Ambos os dais cuenta de tal vacío, ese vacío que os impide seguir viviendo bien, se añoran ciertos recuerdos y os buscáis mutuamente y además seguís queriendo lograr que la otra persona sonría gracias a ti. Eso te hace darte cuenta de que todo lo demás son tonterías que carecen de importancia, que lo verdaderamente importante es lo que hay en nuestro interior, eso que desde el primer día en que nuestras miradas se cruzaron inevitablemente nos hizo sentir algo, ese algo es el que nos hace vivir, y la única solución es permanecer siempre así y no dejar que la llama se apague. Después de la tormenta siempre llega la calma y por ello al final siempre vemos esos rayos de sol que nos calientan y nos van a hacer sentir como en casa estemos donde estemos.




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